La estrategia del Chelsea que según la UEFA podría afectar al mundo entero

 

Si bien la FUTVE tiene todo la emoción que una liga profesional necesita, no podemos negar que el futbol europeo continua siendo el más popular en el mundo entero. De hecho, según informan las mejores casas de apuestas asiáticas, el número de apuestas hechas y el volumen de dinero que mueven torneos como La Premier League inglesa y La Liga española superan con creces los de sus pares en otros países. Por eso no es de extrañar que las decisiones financieras que los directivos de los clubes pertenecientes a estas ligas a menudo terminan convirtiéndose en prácticas comunes en el resto del mundo, siendo tarea de los organismos competentes regularlas a tiempo de ser necesario para evitar daños mayores.

 

Aparentemente ese es el caso del Chelsea, uno de los equipos ingleses de más larga data y con mayor influencia en el deporte, quienes al parecer habrían encontrado un vacío legal en las estrictas reglas del Fair Play Financiero y lo están aprovechando al máximo para tener entre sus filas a algunos de los más caros jugadores del mundo. Por ello, la UEFA podría estarse preparando para llenar dicho vacío con nuevas reglas.

 

Lo que están haciendo

 

El llamado Fair Play Financiero es un conjunto de normas y regulaciones destinadas en primer lugar  a evitar que, en su implacable búsqueda de la victoria, los clubes terminen gastando más dinero del que ganan y por ende poniendo en peligro su estabilidad financiera a largo plazo. Así mismo el “juego limpio” intenta impedir que organizaciones o individuos externos interfieran con los torneos a través de la inyección de enormes fondos. Es así como muchos equipos de la UEFA han tenido que mejorar sus prácticas económicas y encontrar la manera de evitar las sanciones, las cuales en ocasiones llegan a ser millonarias multas o incluso la pérdida de títulos.

 

No obstante, el Chelsea parece haber encontrado una nueva forma de gastar mucho más dinero del que ganan al tiempo que evitan las sanciones. ¿Cómo? Alargando la duración de los contratos. Así es, fichar a sus estrellas con contratos de extensa duración les permite a los contadores de los Blues dividir las tarifas de transferencias entre la totalidad de los años que dure el contrato a la hora de entregar sus informes financieros anuales. De esta forma, por ejemplo, la tarifa para el fichaje de Mykhailo Mudryk, que costó más de 100 millones de euros, solo está valuada en poco más de 12 millones al año, debido a que el contrato fue firmado por 8 años y medio.

 

La respuesta de la UEFA

 

No es la primera vez que el Chelsea utiliza esta técnica para salirse con la suya, pues los recientes contratos de Benoit Badiashile y David Datro Fofana fueron por seis años y medio, y el Noni Madueke por siete y medio. De hecho, todo indica que a pesar de que con las reglas de juego limpio financiero los clubes solo pueden gastar un máximo de 5 millones más de lo ganado en los tres últimos años fiscales, se calcula que el equipo londinense ha logrado superar con creces esa barrera usando este truco, por lo que las probabilidades de que esta práctica se propague por toda la Premier League, y de ahí al resto del continente, son extremadamente altas.

 

El problema radica en que a pesar de que el pago de las tarifas se fracciona, de todos modos en algún momento tendrán que pagarlas, por lo que en caso de no recibir ingresos suficientes, el club entraría en déficit y podría enfrentarse a una eventual bancarrota. Por otra parte, contratos tan largos son muy riesgosos para los jugadores, pues no solo podría contribuir a la inflación de los precios de sus fichajes, lo que afectaría al mercado entero, sino que además podría complicarles la salida del equipo si así lo requirieran.

 

Es por eso que, según reportes de las mejores casas de apuesta en la India, la UEFA decidió tomar cartas en el asunto y establecer un nuevo límite no al tiempo de duración de los contratos, sino al número de años en los que las tarifas de transferencias se pueden dividir. De esta manera, los clubes todavía podrán ofrecer contratos de larga duración, pero podrán dividir las tarifas de canje solamente hasta un periodo de 5 años. Aunque para muchos esto puede ser visto como una intromisión innecesaria, o incluso un irrespeto a la libertad financiera de los clubes, la verdad es que la UEFA, en su calidad de órgano rector, tiene el deber de velar por la seguridad de sus adscritos, y a pesar de que clubes “grandes” como el Chelsea pueden darse el lujo de correr este tipo de riesgos, si la práctica se propaga a otros menos solventes, podría resultar en un desastre para la confederación entera.