Primeras pinceladas del técnico Fernando Batista con la Selección Vinotinto en su estreno

 

Luis Vílchez / @lvilchez8.- La mejor noticia del estreno de Fernando “Bocha” Batista fue la victoria. La Vinotinto llegó con muchas bajas al partido contra Arabia Saudita, incluso una de última hora: Joel Graterol. Luego de tener tanto ruido la salida de José Néstor Pekerman, solo un triunfo iba a traer algo de calma. Más aún ante un rival mundialista que llegó con la chapa de vencer a Argentina en Qatar.

 

Un ciclo aún en etapa embrionaria, no se pueden tirar cohetes ni hacer grandes lamentos. De aquí a septiembre todo análisis tiene que ser sobre la base de un proceso en periodo de ensayo y error. Sin embargo, todo lo bueno hace que la tierra sea más fértil y lo negativo se maximizaría. Por eso lo importante del triunfo.

 

Ante Arabia Saudita apostó por la experiencia y se la jugó con la dupla Josef Martínez y Salomón Rondón. Que ha rendido más que queso rallado en la Vinotinto, pero en el ciclo de Rafael Dudamel se sembró el debate de que eran incompatibles. Recordar que era los tiempos en que Martínez tuvo la metamorfosis a un “9” killer con Gerardo “Tata” Martino, en Atlanta United. Una medida muy coherente ante la ausencia de: Yeferson Soteldo, Darwin Machís y Jefferson Savarino. El esquema fue el más digerible y equilibrado: 4-4-2. Como en la época de César Farías. A lo seguro en su debut en una selección adulta, “Bocha” Batista.

 

Más colaboradores estuvieron Eduard Bello, por la derecha, y Samuel Sosa, por la izquierda. Generosos en el retroceso y cumplidores en el ataque. Incluso el jugador de Mazatlán dio una asistencia. Dos extremos que pueden dar profundidad a la plantilla por su desequilibrio, pero que ante Arabia Saudita tuvieron una labor más coral y de apoyo.

 

 

No hay que gastar muchos caracteres en el tándem Tomás Rincón y José “Brujo” Martínez. El zuliano ha sido el mejor socio del capitán de la Vinotinto desde la época de Franklin Lucena. Con más soltura el jugador de Philadelphia Union para liderar la presión, aunque muchas veces la premura lo llevó a cometer faltas. Rincón fue el cabeza del área.

 

Laterales profundos y no en los papeles. Miguel Navarro por encima de Oscar González y Alexander González por la derecha, cuando en Caracas lo trajo Leo González con la idea de que jugara como extremo. Ambos dieron la amplitud, porque los extremos se cerraron.

 

En la zaga es una bendición cuando Yordan Osorio está sano. El ex Zamora pugna con Nahuel Ferraresi la etiqueta de mejor central de la Vinotinto. La lista de detractores de Jhon Chancellor será tan alta como su altura, pero pasan los entrenadores y sigue ahí. Más allá de un biotipo privilegiado y regularidad en Brasil, se ha convertido en el defensor más regular en el último lustro.

 

La actuación fundamental de Alain Baroja en los últimos minutos es la demostración que Venezuela es tierra de porteros. Sin Wuilker Faríñez ni Graterol, el guardameta del Caracas recordó sus buenos momentos de 2015, cuando fue titular en la Copa América, en el ciclo de Noel Sanvicente.

 

 

Sin mucho invento, “Bocha” Batista apostó a lo pragmático. Al principio el equipo presionó alto y luego replegó para contragolpear. Con más pegada que Mike Tyson se hizo sentir dos veces en el marcador. Retomar confianza con el triunfo era importante. Debutaron con la absoluta Jean Franco Fuentes y Brayan Alcócer. También volvió a dinámica vinotinto Junior Moreno y mantuvo la apuesta por Jhon Murillo y Yohan Cumana. Lo justo y necesario.

 

El ADN de esta selección es el vértigo, las posesiones largas se añadirán con el tiempo y si las piezas a disposición lo permiten. El juego interno sigue siendo el gran hándicap, las bandas y pase largo efectivo. La actitud fue positiva y supieron aguantar las embestidas de Arabia Saudita. Ese primer cambio psicológico es el que permitirá la evolución de la idea.

 

Otro triunfo ante Uzbekistán permitirá apaciguar las aguas y continuar en este Camino de Santiago de Compostela que es volver el gen competitivo en eliminatorias. Paso previo ineludible antes de hablar de ir a un Mundial.